martes, 8 de julio de 2014

La pasión del hincha

  La vida está llena de emociones y el fútbol es la vida misma en lapsos de 90 minutos. Los futboleros hacemos de este deporte un acto de amor que nos atraviesa el alma. La semana pasa lentamente, hasta que llega el domingo y la ansiedad de ver a nuestros colores se palpita desde la noche anterior. Salir campeones es el éxtasis, es una felicidad similar a tener un hijo; el descenso se sufre como si se tratase de una condena de muerte. Se sufre, se festeja, se sueña, se desilusiona, pero juntos con hermanos que están unidos por un lazo más fuerte que la sangre misma, están unidos por el amor y la pasión.


  El hincha sabe lo que sienten cada uno de sus colegas, no necesita disimular o escuchar regaños como pasa fuera de las gradas, en la familia o el trabajo. En el tablón se comparten las emociones, de esta manera la felicidad y la tristeza se vuelven colectivas e inexplicables para todo foránea a esta secta. Allí, cuando se fusiona la pasión, las descripciones están demás.

  El hincha de Cipolletti tiene la idiosincrasia del hincha argentino, el hincha albinegro recorrió todo el carrusel de sensaciones futboleras. El hincha de Cipo acarició la gloria ganándole a los grandes del país en primera, obteniendo Regionales, viendo en su cancha a estrellas del fútbol mundial, dando vueltas olímpicas, etc. Pero también sufrió descensos, perdió clásicos, fue goleado, etc. Como la vida misma, el carrusel del destino fue acrecentando la estirpe futbolera del fanático albinegro.

  Una de las noches más trágicas de la historia de Cipo se vivió en el regreso del último partido del cuadrangular final del Torneo del Interior de la temporada 1994/95. Cipo necesitaba ganar en San Juan para ascender y superar en la tabla de posiciones a San Martín. Al término del primer tiempo ganaba 2-1 pero en el complemento el verde lo daría vuelta y ascendería. El triste retorno se tornaría trágico cuando pasada la medianoche en San Luis uno de los colectivo tiene un accidente al colisionar con un camión sin luces, con un desenlace fatal, Roberto "Tito" Hevia y Norberto "el Ñato" Salinas dejaban de existir.  El accidente conmovió la región, los hinchas en homenaje hicieron una placa que permanece en la tribuna popular. Luego, recordando el día del partido y la última vez que estos hinchas cantaron, saltaron, sufrieron y gritaron por el Albinegro, se decidió que todos los 9 de julio los hinchas de Cipo, se emocionen y se enorgullezcan de sentirse hermanos por estos colores, como aquel 9 de julio de 1995 cuando el Ñato y el Tito gozaron y sufrieron junto a 600 hinchas más por la casaca blanca y negra. Es probable que muchos no lo entiendan, es probable que muchos nos tilden de locos, pero si sos hincha de Cipo no interesa nada más porque el sentimiento y el orgullo es inmenso y cualquier explicación sobra. Feliz día albinegros!!

 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . . . . 

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