martes, 17 de junio de 2014

DEL DESASTRE A LA OPORTUNIDAD

DEL DESASTRE A LA OPORTUNIDAD
Por Lalo Brodi

Que las decisiones organizativas del fútbol argentino constituyen  por lo general una serie de despropósitos no es novedad. Y como para que esto no caiga en el olvido, en los últimos tiempos decidieron realizar una serie de reformas a los campeonatos que bajo la intención de federalizarlo no hacen otra cosa que darles mayor poder a los clubes grandes y permitir que el señor del anillo se salga con la suya.


No hubiese sido del todo una mala idea diagramar una reformulación gradual de la forma de disputa de los campeonatos en la medida que todo el país tuviese una mayor participación deportiva, pero también económica, algo que por ahora no pareciera que estuviese por ocurrir.

Entonces, para darle forma inmediata al capricho de Grondona, en menos de seis meses se pondrá patas para arriba toda la estructura de por sí tambaleante de los campeonatos del fútbol argentino.

Sin importarle demasiado lo que pase de allí para abajo, el señor "todo pasa" dijo que se debía aumentar exponencialmente el número de participantes en la primera división, algo poco común en el mundo. A partir de esa idea, el resto de los torneos tuvieron que armarse como se pudo, o en todo caso a imagen y semejanza.

Porque para no ser menos, el Consejo Federal también aportó su granito de arena. Decidió armar un Argentino "A", Federal "A", "transición", "mamarracho" o como quiera llamarle, de modo tal que no se parezca a ninguno de los disputados hasta ahora.

Hubiese sido un justo reconocimiento para los clubes que hicieron la historia misma del Argentino "A" permitirles una pelea mano a mano por varios ascensos, algo que vienen reclamando desde hace mucho pero que siempre como respuesta tuvieron un democrático "esto es así y se acabó".

El organismo rector de la rebuscada definición de "clubes indirectamente afiliados" decidió mandar invitaciones como si fuese un casamiento para convertir el Argentino "A" en un aquellarre de participantes propio de los desastres que fueron el Argentino "B" y mucho más el torneo del Interior. ¿Mejorar los torneos? para nada. La idea parece ser la de emparejar para abajo y regalarle a clubes que ni siquiera sabían si podían participar en la temporada venidera por razones de presupuesto, una invitación especial y en una de esas con premio para llegar a la segunda categoría del fútbol nacional.

¿Y de Cipo qué? Creo que el Capataz es uno de los notoriamente perjudicados por esta idea. La mayoría de los participantes en el Argentino "A" fueron animadores con mejores o peores campañas pero identificados plenamente con la categoría. Hubiese sido un justo reconocimiento haberle permitido a los 23 equipos disputar las plazas en juego, y luego, si la idea es la de hacer un cambalache con la tercera categoría del fútbol nacional, invitar a quienes les diese la gana.

Más allá de la ventaja que puedan tener clubes con experiencia en la divisional y que si se tienen aspiraciones de ascenso habrá que trabajar en consecuencia sin importar quien juegue, viajar a disputar encuentros en canchas sin estructuras frente a equipos que probablemente tengan como finalidad participar para "no quedar mal con los de arriba" y dedicarse a bajar como sea a los grandes de la categoría, serán apenas algunos de los escollos que deberán atravesar.

Pero si la idea es la de armar una transición, pues que ésta sea con quienes están en la categoría ya que se tratará de un certamen corto. En síntesis parece que para el inentendible Consejo Federal la ecuación sería "a menor tiempo de disputa, mayor cantidad de participantes". Un despropósito por donde se lo mire. Quiero decir con esto que no habrá casi lugar para el error porque como todos a quienes nos gusta este deporte sabemos que a menos partidos mayor lugar para las sorpresas.

Es por eso que además de ser muchos participantes y varios de ellos con poca o nula relación con la categoría, podría ocurrir que a algún gobernador de las varias provincias feudales que existen en nuestro país se le pueda ocurrir la brillante pero no menos habitual idea de ponerle todo el dinero a una institución. Con esto no avivo a nadie porque la vieja historia del "pan y circo" sigue absolutamente vigente y con tal de dejar contentos por un rato a mucha gente, no suena descabellado pensar que esto pueda ocurrir.

Entonces, el esfuerzo de años, la permanencia en la categoría y la estructura por mínima que sea pasará a ser decepción en un ida y vuelta o en una mala tarde.

Sin embargo esto también deja al descubierto el escaso peso de los clubes que conforman la categoría. Cipolletti tendrá una inmejorable oportunidad para llegar a una instancia superior. De todos modos deberá tener en claro para qué. Una cosa es llegar y permanecer y otra muy distinta es entrar por la ventana para ver que pasa. Ojalá que quienes tienen a su cargo la conducción estén iluminados para saber que lugar quieren ocupar. Porque los hinchas la tienen reclara.

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